Iyambae FM

sábado, 12 de diciembre de 2009

Algunos Parrafos Politicamente Incorrectos

“El Truco de la judería fue insinuarse fraudulentamente entre las religiones con una confesión como el judaísmo, que en realidad no es religión. El judío vistió sencillamente de religión su doctrina y discriminación racial.” Adolf Hitler

(Gracias a su "ciencia racial" el judío ha podido perdurar a través de los siglos, donde todos los demás pueblos mezclados y mestizos han desaparecido. El judío propicia las mezclas para los otros, mientras se guarda el racismo para sí. De este modo obtiene el poder mundial.)




Son como los gitanos, sólo que sobre los judíos Jehová armará su Golem. Y es de este mo­do que las características más notorias del judío, posterior al Pacto Renova­do, ya se manifiestan mucho más allá de tres mil años antes de la Era Cris­tiana. Por ello, la expulsión de los judíos y su persecución son milenarias, no de hoy, ni un asunto único de los nazis hitleristas, como se nos quiere hacer creer. En todas partes fueron recibidos sin resistencia, se les abrieron las puertas y, una vez entronizados en la economía y la política, se hicieron indeseables, debiendo ser expulsados por defensa propia y por instinto de preservación de la comunidad. La comparación con los gorriones es válida, debiéndose concluir que el Demiurgo aplica ciertos parámetros, o pensa­mientos-fuerza, ideoplasmas, que repite en todos los reinos de la naturaleza que va a corromper.

Pero las características fundamentales de los judíos se hallaban acti­vas con anterioridad al "Pacto Renovado". Desde el Desierto del Gobi, según el Profesor Hermann Wirth. Es por eso que allí donde ellos llegan serán per­seguidos y expulsados. Se agudiza el fenómeno con la Diáspora, o dispersión universal. En todas partes traicionan. A los babilonios con los persas; a éstos con los griegos y a los griegos con los romanos. Destruyen el Imperio Roma­no con el cristianismo. En España apoyan a los moros contra los visigodos; luego, a los visigodos contra los moros. Jamás agradecen un buen tratamiento. Lo peor es hacerles un bien.

Con esta nota sólo queremos hacer ver que los judíos han sido siem­pre perseguidos en la historia conocida de este planeta, como a una enfer­medad, como a un cáncer. Y no es un capricho del Hitlerismo que también en Alemania se haya intentado expulsarlos, para ubicarlos en Madagascar. Todos los pueblos lo han hecho con anterioridad al Tercer Reich. En el año 70 d.C., los romanos, con Tito, arrasaron Jerusalén, pasaron el arado sobre las ruinas del Templo y dispersaron a los judíos a los cuatro vientos. Creye­ron así haber solucionado para siempre el problema. Todo lo contrario. Los romanos fueron siempre tolerantes, como todos los paganos. Vivían y de­jaban vivir a los Dioses y a los hombres. Mas, comprendieron que ahora no trataban con seres humanos, sino con una enfermedad insidiosa, con ciertos monstruos de la naturaleza y desearon terminar con ellos para siempre. Pero ni el Demiurgo ni Jehová lo han permitido. En verdad, el Demonio los ha protegido y los sigue protegiendo. Mientras ellos le paguen su tributo y le proporcionen su "alimento", con sangrientos crímenes rituales.




Cuando los judíos hablan de amor a la humanidad, hasta las piedras se sonríen". Así y todo, el Papa Wojtyla declara que "los judíos son sus hermanos mayores". No siempre los papas tuvieron esta actitud y hubo tiempos en que, gracias a la influencia de la etnia visigoda, se dictaron leyes eclesiásticas contra los judíos y se los condenó como demoníacos y deici­das. La Inquisición los persiguió en España y en América. Pero son cosas del pasado, esporádicas y fuera del contexto, en una religión y una Iglesia cuyos orígenes son judíos y se edifica igualmente en el odio al hombre supe­rior, al Imperio Romano y al paganismo, a los Godos, siendo en verdad otra arma mortífera y solapada del judaísmo, destinada a cumplir con sus planes de destrucción de los arios y de la raza blanca de los hiperbóreos. Hoy, ya realizado su cometido, bien puede la Iglesia de Roma sacarse la máscara y entregar sus poderes y sus tesoros, acumulados en el Vaticano, al "hermano mayor", desapareciendo al igual como lo hará la masonería mixta, a su debido tiempo.

Cada vez que los judíos son expulsados de algún lugar, o se toman medidas de protección en contra de sus maniobras depredatorias, gritan a voz en cuello y acusan de genocidio, de crímenes y maltratos infinitos. No es nuevo esto de las invenciones de genocidios monstruosos de los goim en su contra. La diferencia es que hoy los alaridos y gimoteos se transmiten por todos los medios de la propaganda electrónica y a escala planetaria. Y lo seguirán haciendo hasta que no quede un solo goim independiente en este mundo. Así se los ordenan el "Talmud" y los "Protocolos de los Sabios de Sión". Mientras tanto, ellos asesinan y matan a voluntad, sin que el mundo se escandalice ni se oponga. Los "animales de dos patas", hipnotizados y ate­rrorizados -con el "miedo del pan"- les agradecen que les permitan lamer las suelas de sus babuchas y comer las migajas que ellos les tiran al pasar, en su marcha regada de sangre y de crímenes, hacia el poder total.




En 1559 d.C., el "Talmud" fue quemado públicamente en Cremona, Italia. Los judíos fueron expulsados de Praga en 1561. En 1597 fueron ex-pulsados de todos los principados italianos. En 1648 fueron atacados en Polonia. En 1492 habían sido expulsados de España y en 1497 de Portugal, adonde regresan en 1530. En 1290 habían sido expulsados de Inglaterra, aun cuando allí se quedan "camuflados" como "Welshes", o "galeses". Como se ha dicho, en 1650 Cromwell los volvió a entrar a Inglaterra, oficialmente. En 1882 los judíos fueron atacados en Hungría. Se vengarían con la entro­nización del comunismo y los crímenes del judío Bela Kuhn. De la expul­sión de España se vengarán en la guerra civil y su millón de muertos. Al cumplirse en 1992 quinientos años de esa expulsión, tratarán de que el Rey masón vaya a pedir perdón de rodillas a Israel. En Polonia, en Ukrania, en Hungría, se realizan ataques en masa contra los judíos. Son los pogroms, efectuados por una población exasperada, víctima de la usura y la explota­ción. Napoleón, hijo de la Revolución Francesa, debió promulgar en 1808 su Infamus Decree en contra de los judíos, y declaraba que "los judíos no pueden ser cambiados más que cortándoles la cabeza y poniéndoles otra en su lugar". Bismarck se alzó en contra de los judíos y los masones, "lacayos de los judíos". Los árabes también los atacaron por sus prácticas nocivas de enquistarse en sus ciudades sin trabajar, viviendo de la especulación y la usura. Pero, al final, los judíos darán dos golpes maestros, que venían pre­parando por siglos, en el seno de sus logias: la Revolución Francesa y la revolución Bolchevique marxista, ambas concebidas, dirigidas y realizadas totalmente por ellos.

Don Miguel Serrano

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4 comentarios:

  1. Es tan nazi la opinión y el mensaje que da pavor leerlo. La página tiene algunos artículos que pueden llegara ser ilustrativos,por los que recomendé su lectura, salvo esta pelotudez que dicen de los judíos. El mundo es y será lo que Dios quiera.

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  2. Antes de recomendar algo hubieras recorrido un poco mas el sitio para que no te sorprendas de la total libertad de expresion de mi sitio, aca se expresaran todos incluyendo adolfo hitler.

    saludos

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  3. Querido autor de Mamanga:
    Quiero decirle que me encanta su espacio en internet ya que da información muy buena. También me gusta su revisionismo histórico y el lugar que le da a los grandes pensadores y políticos (me gustó el texto de Miguel Serrano).
    No quiero ser molesto pero le invito a leer mi blog - nuevoser88 - y a intercambiar opiniones. Me gustaría sobre todo que me conteste porque siento gran estima por la persona que tanto ha luchado por la verdad en este medio.
    Un abrazo y espero pronta respuesta.

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  4. Alguien dijo: ¨La unica verdad es la realidad¨ Creo que como seres racionales debemos utilizar nuestro propio jucio y liberarnos de los prejuicios que la educación en las escuelas, universidades, medios de comunicacion nos imponen. Los hechos y nos las palabras son la verdad. Pienso que el texto, si bien no es políticamente correcto hoy, no es más que una descripción de hechos históricos que revelan nuestro presente.

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