Iyambae FM

martes, 19 de junio de 2007

La globalización es fascismo

VIDEOCONFERENCIA / WEBCAST

Globalización = a fascismo:


Urge un Nuevo Bretton Woods












....Ha ocurrido un suceso reciente desde que regresé de Europa, que es el
llamado escándalo de la firma BAE, en el que está implicado alguien que
algunos de ustedes conocen: Pinochet, quien ya partió, pero sus
reliquias quedan...Fue patrocinado por ciertas personas de Estados Unidos y también de
Londres, y en sus últimos años se volvió virtualmente un agente
británico abierto. Pero también George Shultz en California, que fue
uno de los que patrocinó el golpe de Pinochet junto con Félix Rohatyn,
un banquero con proclividades fascistas que fue el banquero clave en
esta operación. Y, por supuesto, Henry Kissinger funcionó en apoyo a
esto en su papel como secretario de Estado.



Lo que pasa es lo siguiente: BAE en esencia representa una institución
imperial británica que ha agarrado más y más poder en distintas partes
del mundo, y ha tratado de obtener un creciente control sobre Estados
Unidos mismo.



Tenemos ahora una crisis de implicaciones incalculables a nivel
planetario en marcha. Ésta no es una crisis de finanzas, no es un
escándalo financiero como tal, no es un escándalo en el sentido
ordinario. Es una crisis para ver quién va a dominar el mundo. ¿Será un
grupo de naciones? ¿O será el nuevo imperio británico que emerge, o
reemerge porque nunca desapareció, que toma control de los Estados
Unicos y establece su dominio mundial a través de la globalización? Por
ejemplo, a través de BAE, que es una manera de asumir el control de las
capacidades militares del mundo, con una organización imperial
británica, una organización casi privada, pero imperial de todas
maneras.









En cuanto a Estados Unidos, la crisis de BAE, el escándalo que entraña
a la industria armamentista o el monopolio armamentista de Gran
Bretaña, no es, como ya dije, simplemente una crisis monetaria o un
escándalo. Es es una contienda entre dos sistemas: la raza humana y el
Imperio Británico. Lo que tenemos aquí es una institución de la
monarquía británica, BAE, que está usándose para dominar los asuntos
militares del mundo, como un monopolio de poderío militar.



El objetivo es establecer un imperio mundial de poderío militar. Dicho
imperio estaría fundado en eliminar las fuerzas terrestres regulares de
las naciones, es decir, los ejércitos nacionales, y remplazarlos con
ejércitos privados. Pero a la vez, controlar el planeta poniendo armas
en el espacio que pueden lanzar proyectiles desde allí sobre cualquier
lugar del planeta que no cuente con la aprobación de las autoridades
reinantes, y usar el poderío naval de forma menguante para lo mismo.



Nosotros, por otra parte, tenemos una opción. Si Estados Unidos
desempeña el papel para el que se le creó como república federal, y se
alía con otras naciones del mundo para establecer una coalición de
naciones cuya tradición es europea, cuya tradición en otros casos es
eurasiática, es decir naciones como Rusia, una nación eurasiática, no
una nación europea; tiene raíces europeas pero también raíces asiáticas
en su cultura. Tenemos también las grandes culturas de Asia que
representan China, India y otras grandes naciones asiáticas. El
objetivo de este planeta debería haber sido, desde hace tiempo,
encontrar la manera de juntas estos tres sectores del mundo en alguna
forma de cooperación. La cultura europea que representa en su mejor
sentido lo que Estados Unidos logró al liberarse de la tradición
oligárquica. Rusia ejemplifica el grupo de naciones eurasiáticas, que
representan tanto las culturas asiática como la europea; y están las
naciones asiáticas como China e India.






Si podemos juntar estas grandes culturas en un programa de
recuperación económica para el planeta, ocurrirá lo siguiente. Tenemos
un proyecto en ciernes, al que Rusia acaba de darle un impulso, y que
yo he venido respaldado por mucho tiempo, que es construir un túnel, un
túnel ferroviario desde Siberia hasta Alaska. Esto crearía un cambio
planetario en las relaciones humanas del planeta. Significaría que
tendríamos ferrocarriles de alta velocidad o sistemas de transporte de
levitación magnética, que llegarían de Europa no sólo a Alaska, sino
que bajarían por todas las Américas. Hemos tenido esta intención por
mucho tiempo: tener un sistema ferroviario integral que conecte el
norte de Norteamérica con el extremo austral de Sudamérica. De la misma
manera, pasando por el sudoeste asiático, y a través de Europa hasta
África, podríamos en el futuro inmediato—no nececesariamente en mi
vida, pero después—unir las partes principales de este planeta en
nuevas formas de cooperación económica, como Estados nacionales
soberanos vinculados por transporte ferroviario de alta velocidad o de
levitación magnética. Habríamos cambiado al mundo de uno dominado por
la fuerza marítima a uno dominado por el desarrollo de regiones
terrestres o regiones terrestres pobladas.



Este gran cambio está ante nosotros. Existen nuevas tecnologías,
nuevas tecnologías fundamentales como la energía de fisión nuclear, con
la que podemos encarar el problema del agua, la carestía de agua dulce
en el mundo. Yo estoy a favor de la energía en general. Tenemos las
nuevas tecnologías de la fusión termonuclear, que son significativas
porque suministran nuevos tipos de isótopos, que pueden manufacturarse
en gran medida para suplir varias necesidades, y también como fuente
energética. Tenemos las grandes obras, los grandes proyectos de
transporte y otros para reconstruir el planeta en su totalidad, a
través de un sistema de cooperación entre Estados nacionales soberanos,
en gran medida vinculados por ferrocarriles internacionales de alta
velocidad o de levitación magnética, para tomar todas las partes del
mundo—las partes más remotas del mundo y las partes más desesperadas de
África—y juntarlas en un sistema internacional común de Estados
nacionales soberanos.






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